El debate sobre si la música ayuda a estudiar más y mejor ha sido objeto de numerosas investigaciones. Mientras algunos estudiantes prefieren el silencio absoluto para concentrarse, otros encuentran que escuchar música puede ser un impulso significativo para su concentración y productividad. ¿Pero qué dice la ciencia? ¿Realmente la música mejora el rendimiento académico o, por el contrario, es una distracción?
A lo largo de este post, exploraremos los beneficios comprobados de la música en el ámbito académico, analizando estudios que respaldan su impacto positivo en la memoria, la concentración, la reducción del estrés y el bienestar general. Además, discutiremos las condiciones bajo las cuales la música puede ser contraproducente y cómo elegir el tipo de música adecuado para cada tarea.
Música y sus efectos en el cerebro
Los efectos de la música en el cerebro han sido ampliamente estudiados, y los hallazgos son reveladores. Un estudio realizado en la Universidad de Stanford utilizó imágenes de resonancia magnética funcional (fMRI) para observar cómo el cerebro procesa la música. Los resultados mostraron que escuchar música puede ayudar al cerebro a organizar la información, mejorando así la atención y la memoria (Stanford Medicine). La música activa áreas del cerebro relacionadas con el procesamiento de información, lo que facilita el almacenamiento y la recuperación de datos clave cuando se realiza una tarea como estudiar.
Además, la investigación sugiere que la música clásica, especialmente la instrumental, es más efectiva para este propósito. El estudio de Stanford demostró que las transiciones musicales son clave para captar la atención del oyente, lo que es esencial en tareas académicas donde la concentración es crítica.
El rol de la música en la reducción del estrés
La American Psychological Association (APA) respalda la afirmación de que la música tiene un efecto calmante que puede ayudar a reducir el estrés y la ansiedad, factores que a menudo obstaculizan el rendimiento académico (APA). Según la APA, escuchar música suave y relajante puede inducir un estado de calma que permite a los estudiantes concentrarse mejor y reducir los niveles de estrés durante los periodos de estudio intensivo, como antes de un examen.
Por lo tanto, el tipo de música más adecuado para estudiar no es el mismo que para otras actividades como el ejercicio o las tareas creativas. La música clásica o instrumental, sin letras que puedan distraer, es generalmente la mejor opción, aunque cada persona debe encontrar el estilo que mejor se adapte a su proceso de concentración.
Música y mejora de las funciones cognitivas
La Harvard Medical School también ha realizado estudios que destacan cómo la música puede activar ambos hemisferios del cerebro simultáneamente, lo que a su vez mejora las funciones cognitivas, incluidas la memoria y el razonamiento (Harvard Gazette). Este fenómeno es especialmente útil en situaciones donde el estudiante necesita realizar actividades que requieren un alto nivel de concentración, como resolver problemas matemáticos complejos o realizar una investigación detallada.
En particular, el estudio resalta que la música instrumental de fondo puede mejorar la capacidad del cerebro para procesar información, permitiendo a los estudiantes mantener una mayor concentración durante periodos de tiempo más largos.
Tipos de música recomendados para estudiar
Aunque la música puede ser beneficiosa, no todos los géneros son igualmente efectivos para el estudio. Según las investigaciones, la música instrumental, como la música clásica, el jazz suave o las bandas sonoras de películas, es ideal para tareas que requieren alta concentración. Esto se debe a que la ausencia de letras minimiza las distracciones cognitivas.
Un estudio del Journal of Music Therapy señala que las canciones con letras tienden a distraer más que la música instrumental, ya que el cerebro tiende a enfocarse en las palabras, lo que dificulta la concentración en tareas complejas (Stanford Medicine). Este fenómeno es especialmente común en personas que estudian lenguas, donde las palabras pueden interferir con la retención y el aprendizaje de nuevos conceptos.
Música clásica
La música clásica, en particular las composiciones de Wolfgang Amadeus Mozart, ha sido frecuentemente citada en investigaciones relacionadas con el aumento del rendimiento académico. El llamado «Efecto Mozart» ha sido objeto de estudios que sugieren que escuchar esta música puede mejorar las habilidades espaciales y de razonamiento. Aunque este efecto ha sido debatido en la comunidad científica, sigue siendo uno de los géneros musicales más recomendados para tareas académicas que requieren concentración (Harvard Gazette).
Jazz y música ambiental
El jazz suave y la música ambiental también son opciones populares entre los estudiantes. Estos géneros tienden a crear un ambiente relajado, lo que puede ser útil para tareas que requieren un enfoque relajado pero continuo, como la redacción de ensayos o la lectura de materiales densos. El ritmo constante y la falta de picos emocionales en la música ambiental hacen que el cerebro se mantenga en un estado de concentración prolongada.
Bandas sonoras de películas
Las bandas sonoras de películas como las de Hans Zimmer o John Williams son opciones que muchos estudiantes consideran útiles, ya que combinan elementos emocionales y melódicos sin ser abrumadoras. La música de fondo de estas bandas sonoras es frecuentemente utilizada en escenas dramáticas, lo que la convierte en una excelente opción para mantener la motivación mientras se estudia.
La relación entre la música y las emociones en el estudio
Uno de los aspectos más interesantes de la música es su capacidad para influir en las emociones. La música no solo puede calmar los nervios y reducir la ansiedad, sino que también puede motivar y aumentar la energía. Sin embargo, es importante encontrar un equilibrio, ya que la música que es demasiado estimulante puede distraer y dificultar la concentración.
Un estudio del British Journal of Educational Psychology mostró que los estudiantes que escuchaban música relajante mientras estudiaban tendían a tener una mejor retención de la información y menos ansiedad antes de los exámenes, en comparación con aquellos que estudiaban en completo silencio o con música más estimulante( Stanford Medicine).
Conclusión: ¿La música ayuda a estudiar mejor?
A partir de las investigaciones citadas y los estudios realizados en instituciones de prestigio como Stanford, Harvard y la APA, se puede afirmar que la música puede ser una herramienta poderosa para mejorar el estudio y el rendimiento académico, siempre que se utilice de manera adecuada. No obstante, es importante recordar que cada persona responde de manera diferente a la música y que lo que funciona para uno puede no ser adecuado para otro.
En resumen:
- Sí, la música puede mejorar el estudio si se eligen los géneros adecuados (instrumental, clásica, jazz suave).
- No, no toda la música es beneficiosa para todas las personas, y algunos estudiantes pueden encontrarla más distractora que útil.
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Hugo Augusto Rodríguez es Ingeniero en Sistemas Computacionales, Maestro en Educación y especialista en Gestión Educativa y Tecnologías de la Información y Comunicación aplicadas a la educación, con amplia experiencia en transformación digital en instituciones educativas.
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